... ¿cuántos años hace?...


Va a hacer dos meses desde que llegué a Parma y los recuerdos hacen que te sumerjas en tus propios archivos y te des un buen baño. Comienzas recordando lo más próximo, lo último que te ha ocurrido y vas pasando, pasando y pasando por archivos malamente reconocibles por el paso del tiempo. Don al que no están expuestos los enfermos del Olvido. Recuerdas las últimas palabras, las últimas caras, las últimas risas y los últimos llantos, aprecias cosas sin importancia, voces, susurros, hechos, gestos, música... Todo comenzó cuando dos seres sacados del mismo Paraíso trajeron vientos pasados que sonaban a Camela (parece duro pero es así). Ahora los recuerdos han profundizado un poco más y han removido historias infantiles. Hace días Pipi Calzaslargas vibró en mi cuerpo y esta noche ha emitido una fulgor cuando he visto el primer capítulo.

Esa niña tan simpática que todos hemos tenido como amiga y apoyo. Todos los fines de semana quedabamos por la mañana para pasarlo bien. Hoy me pregunté que había sido de ella y miré por la red. Por lo visto sigue viva y es enfermera en Estocolmo. Lo siento por ella pero la daba por muerta. Se ha hecho enfermera porque, según yo he deducido, le cogió gusto a lo de curarse las heridas que se hacia en el caballo, comiendo puás, metiéndose en el árbol de la limonada, luchando con piratas...

Ahora me pregunto qué me deparará el futuro, qué recordaré mañana, si llegaré a un momento en el que no sea capaz de recordar más y comience a olvidar de nuevo... de momento no lo sé y quizás mañana ni me acuerde de que recuerdo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Pipi, como te queremos!

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