19 días después...


Ha pasado medio mes desde que regresé a casa. Junio ha metido la cuarta marcha para incorporarse a la autovía de forma prolongada y cuidadosa sin sobrepasar el límite de 110 km/h establecido.

La velocidad no se apiada de mi. Apenas tengo el suficiente tiempo para disfrutar cada segundo de lo que va ocurriendo. La exigencia se avecina intentando adquirir mi confianza y poco a poco se hace hueco entre mis compañías.

Más de quince días fuera de allí. Más de quince razones para regresar y pocas menos para no volver. Tiempo. Aún queda un tiempo que pasa rápidamente casi sin saludar.

Vuela Junio, y con él, vuelan todas las partículas temporales, espaciales y personales que transitan esta vida.

Comentarios

Entradas populares