Dormirse contigo

Cada noche la misma aventura. Oscuridad y silencio bajo nuestro techo. Ni una luz ni un ruido. Todo duerme.
Sin calzar, sin prisas ni visión me vuelvo loco buscándote, deseando encontrarme con tu cuerpo, tu respiración y tu olor.
Si me vieses llegar no habría lamentos ni quejas a las que acudir. Ver como me acerco decidido, vasallo de tu dormir.
Un pie primero, el otro después. Cada vez más cerca de un abrazo, mi corazón late fuertemente porque no quiere ser descubierto.
Y sigiloso me voy entregado a tu calma y tu clima, tu cuerpo y tu alma. Y tú sin enterarte de cuanto amor nocturno hay entre las sábanas que te cubren y moran.

Comentarios

Entradas populares