Tres de muchas

Apolonia trabaja limpiando los despachos de uno de los edificios acristalados que bordean la A-2 a la salida de Madrid. A un lado hay una edificación de tintes fascistas y al otro la sede de una importante editorial. En ella curra Claudia cuando no está de baja por depresión. La insatisfacción profesional le amargaba la existencia. Todo lo contrario a Wiktoria que parecía entusiasmada empujando el pesado carro lleno de hierros, cables y viejos electrodomésticos para vender en la chatarrería. Daba gusto ver cómo gozaba con el carro del súper por aquellos pedregosos terraplenes. 

Comentarios

Entradas populares